Aquí me vengo a esconder, otra vez

It's been a long time.

Mi última entrada fue el 2019 y un poco lo que me llevó a esa decisión creo que fue el desencanto con la plataforma, el estrés universitario y sobre todo la sensación de que ya no estaba escribiendo para mí y que por lo tanto ya no era algo divertido de hacer; se sentía como una labor.

Migré a Instagram con las ganas de seguir compartiendo mis lecturas, pero de una forma más relajada, sin la presión de estar cumpliendo con un deber y con la intención de diversificar el contenido a algo más cotidiano; no solo hablar de libros, también subir fotitos de mis plantas y cositas de ese estilo. Me fui a instagram cuando aún era una plataforma amistosa y por varios años me funcionó bien, hasta que ya no.

Me han sucedido varias cosas; algunas bonitas como titularme de una carrera que me encanta, trabajé por dos años en lo que me formé y con sus altos y bajos, disfruté las mejores partes, salí del país por primera vez y cuando volví comenzaron a sucederme todas las cosas horribles que hicieron que quisiera morirme y de a poco me fueron matando; ni siquiera las quiero contar, ni pensar, creo que todavía las estoy sobreviviendo y las heridas siguen abiertas y punzantes. No sé si van a cerrarse algún día. No pienso en eso.

Actualmente estoy lidiando con una depresión que, aunque siempre ha estado presente en mi vida (por herencia genética probablemente), hoy se debe a factores absolutamente fuera de mi control; no es una depresión gatillada por la ansiedad, es depresión mezclada con ansiedad y es difícil tratar de descifrar en qué etapa del proceso de esta enfermedad estoy. Hay días mejores que otros y en mis circunstancias, sólo puedo agradecer por aquellos en donde no veo todo negro.

En fin. He estado utilizando Instagram más para perder el tiempo que para hablar de lo que estoy haciendo, porque se siente demasiado falso. No quiero subir comentarios de libros que se perderán en el vacío, no quiero sacar una foto bonita para que nadie la vea, no quiero poner frasesitas motivadoras en un universo de frasesitas motivadoras sobre que después de la tormenta sale el sol porque no lo siento así. No quiero lidiar con posibles comentarios que se sentirán como bastas palmaditas en la espalda o con interacciones que terminarán en un chat; no necesito eso, no quiero ese tipo de contención en estos momentos porque ni siquiera soy capaz de hablar con claridad de todo lo que ha pasado.

Y sin embargo, he continuado leyendo. Con mucha dificultad para retener la información, con mucha dificultad para empezar y terminar; he seguido leyendo porque es lo único que puedo hacer. Porque si no leo no existo.

Cada vez que termino de leer, trato de hacer un recuento de aquello que leí, pero hacerlo en mi mente es como contar granitos de arena que se los va llevando el mar. Es una pena que siento y que no quiero perpetuar; supongo que por eso volvieron las ganas de volver a escribir sobre libros aquí, en mi raíz bloggera que empezó desde la necesidad de ejercitar mi escritura y mi capacidad de síntesis, desde la necesidad de archivar mis pensamientos, desde la necesidad de tener un espacio tranquilo al cual venir a contar cosas sin un destinatario; sin interacciones invasivas que me hicieran sentir disecada bajo un laboratorio de forma superficial. Con control. De mí para mí.

Así que me vine a esconder aquí otra vez, para dejar de sentir que me estoy escondiendo allá en la vida real.

Trataré de ser amable conmigo en este espacio donde crecí tanto. Aquí agarré vuelito y me agrada sentir que no le estoy hablando a nadie en particular, como llegar a un lugar nuevo pero conocido, como ser un turista habitual.

Aprovecharé de actualizar mi información que no toco hace años. En mi perfil aún sale que tengo quince y ya han pasado diez años, entre otras cosas.

Querida yo, a ver si nos volvemos a encontrar.

Azul

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